Según las autoridades fiscales indias, la inspección está relacionada con delitos fiscales reiterados, pero el momento es sospechoso. Esto ocurre pocas semanas después de la emisión de un documental sobre el presunto papel del Primer Ministro en los ataques antimusulmanes de 2002 y su política de represión de esta minoría desde que llegó al poder.

Sébastien Farcis, corresponsal de RFI en Nueva Delhi

Las autoridades fiscales indias han acusado a la BBC de evasión fiscal «reiterada y deliberada». El objetivo de este registro sorpresa es comprobar las cuentas de la empresa, pero sin derecho a embargarlas.

El gobierno afirma que esta acción no está relacionada con la cobertura editorial del canal, pero se produce sólo unas semanas después del estreno de un explosivo documental sobre la política hindú del actual gobierno. La película enfureció a las autoridades, que prohibieron su difusión por Internet en la India.

Para el portavoz del gobernante BJP, Gaurav Bhatia, la BBC debe, por tanto, rendir cuentas. «India es un país que ofrece oportunidades a cualquier organización, siempre que respete la Constitución, no tenga intenciones ocultas y las historias que difunda estén basadas en hechos. Pero la cobertura de la BBC es superficial y venenosa», afirmó.

«Si uno ha estado siguiendo la ley de un país, si uno no tiene nada que esconder, entonces, ¿Por qué tener miedo de una acción, que está en consonancia con la ley?», afirmó.

La radiotelevisión pública británica BBC aseguró que «coopera plenamente» con las autoridades fiscales indias.

«Esperamos que esta situación se resuelva lo antes posible», dijo en Twitter el servicio de prensa del grupo audiovisual, confirmando los registros en sus oficinas en India.

Una tendencia que «socava la democracia india”

En los dos últimos años se han producido varias redadas similares en los locales de varios medios de comunicación críticos con el gobierno. El Gremio de Editores de la India ha reaccionado ahora, afirmando que esta «tendencia socava la democracia india».

Desde la llegada el poder en 2014 del gobierno nacionalista hindú de Modi, India ha retrocedido diez puestos en el índice global sobre libertad de prensa que realiza Reporteros Sin Fronteras (RSF), pasando al puesto 150, de un total de 180 países evaluados.

Los disturbios de 2002 en Gujarat, en el este del país, comenzaron tras la muerte de 59 peregrinos hindúes en el incendio de un tren. Tras la tragedia 31 musulmanes fueron condenados por el incidente.

El documental de la BBC cita un informe del ministerio de Relaciones Exteriores británico, que fue desclasificado, en el que fuentes anónimas afirman que Modi se reunió con altos mandos de la policía y «les ordenó que no intervinieran» en los ataques contra musulmanes perpetrados por grupos nacionalistas hindúes.

Los disturbios y el documental de la BBC

El mes pasado, la emisora emitió un documental de dos partes en el que se alega que Modi ordenó a la policía que hiciera la vista gorda ante los disturbios sectarios en el estado de Gujarat, donde era primer ministro en ese momento. Esa ola de violencia causó al menos 1.000 muertos, la mayoría de ellos miembros de la minoría musulmana del país. 

Poco después de su publicación, el Gobierno indio bloqueó los videos y tuits con enlaces al documental, usando poderes de emergencia bajo sus leyes de tecnología de la información y calificándolo de «propaganda hostil y basura antindia». 

Posteriormente, grupos de estudiantes universitarios organizaron proyecciones del documental, pese a las prohibiciones en los campus, desafiando los esfuerzos del Gobierno para detener su difusión. La Policía arrestó a dos docenas de estudiantes en la prestigiosa Universidad de Delhi después de detener una proyección allí.