El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, afirma que las tropas de su país permanecerán en las zonas de amortiguamiento creadas dentro de Gaza, incluso tras un posible acuerdo para poner fin a la guerra. Además, reiteró que no se permitirá el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza, lo que ha generado fuertes críticas internacionales. La UNRWA ha alertado sobre el colapso del sistema sanitario y la escasez crítica de alimentos y medicinas. 

La situación en la Franja de Gaza continuará siendo frágil y aumentará la tensión hacia los civiles después de las afirmaciones que hizo el miércoles el ministro de Defensa de Israel, quien asegura que las tropas israelíes permanecerán en las zonas de amortiguamiento que han creado en Gaza, incluso después de cualquier acuerdo para poner fin a la guerra, y que a Gaza no entrará ninguna ayuda humanitaria. 

“La política de Israel es clara: a Gaza no entrará ninguna ayuda humanitaria. Y bloquear esta ayuda es una de las principales palancas de presión para evitar que Hamás la use como una herramienta con la población”, dijo Israel Katz en su red social X el 16 de abril. 

Esta afirmación llega después de que, el miércoles, el propio Katz dijera que el plan del Estado era “crear una infraestructura” al margen de Hamás para distribuir la asistencia humanitaria “en el futuro”. Palabras que fueron criticadas por Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional y uno de los más radicales ultraderechistas que conforman el gobierno de Benjamin Netanyahu.

Ben Gvir remarcó que “mientras los rehenes languidezcan en los túneles” Israel no debe permitir que entre a Gaza “ni un solo gramo de alimento ni ninguna ayuda”. “Detener la ayuda es una de las principales palancas de presión sobre Hamás y restablecerla antes de que Hamás se ponga de rodillas y libere a todos nuestros rehenes, sería un error histórico”, advirtió en X.

Al enclave no ha ingresado más ayuda humanitaria desde inicios de marzo, cuando Israel bloqueó los cruces fronterizos tras el final de la primera fase del acuerdo de cese al fuego.

Philippe Lazzarini, jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), advirtió que los medicamentos y alimentos que entraron a Gaza durante la tregua ya se están acabando y esto puede abrir nuevamente el riesgo de hambruna.

La UNRWA también recalcó que los bloqueos humanitarios están poniendo en riesgo los tratamientos de los pacientes en los centros médicos del enclave y que es necesaria la entrada de materiales hospitalarios. “Cada vez es más difícil tratar adecuadamente a los pacientes”, denunció.

«La asistencia sanitaria que presta la UNRWA es un salvavidas indispensable para los desplazados, pero la prohibición de ayuda impuesta por las autoridades israelíes hace cada vez más difícil tratar adecuadamente a los pacientes, más aún ante unos niveles de necesidad sin precedentes», dijo el organismo.

La UNRWA detalló que no hay insumos en Gaza para tratar a las mujeres embarazadas, los ancianos o los niños con quemaduras o heridas de guerra, quienes no reciben medicinas o los tratamientos pertinentes.

“Hacemos todo lo que podemos, pero las condiciones son terribles. Nos las arreglamos con lo que tenemos, pero la grave escasez de medicamentos, analgésicos y otros suministros médicos esenciales supone una grave amenaza para la vida de nuestros pacientes y agrava esta crisis médica”, manifestó el doctor Muhammad, quien fue citado en el comunicado de la UNRWA.

El ministerio de Salud gazatí subrayó la semana pasada que casi no quedan medicamentos esenciales ni fármacos usados contra el cáncer o enfermedades sanguíneas.

¿Qué significa que las tropas israelíes permanecerán en las zonas de amortiguamiento?

Desde el 18 de marzo, cuando Israel reanudó las operaciones militares, el Ejército de Israel ha establecido lo que ha llamado una amplia «zona de seguridad» en Gaza. Según la ONU, así ha confinado a más de 2 millones de palestinos en zonas cada vez más reducidas en el sur y a lo largo de la costa. Ahora, además, Israel afirma controlar el 30% del pequeño territorio palestino.

«A diferencia del pasado, el Ejército de Israel no está evacuando áreas que han sido despejadas y tomadas», dijo Katz en un comunicado, tras una reunión con comandantes militares, sino que «permanecerán en las zonas de seguridad como un amortiguador entre el enemigo y las comunidades, en cualquier situación temporal o permanente en Gaza, como en el Líbano y Siria», aclaraba el documento. 

Al sur de Gaza, la ciudad fronteriza de Rafah fue tomada violentamente, hasta el llamado «corredor Morag», que va desde el este de Gaza hasta el mar Mediterráneo, entre Rafah y la ciudad de Khan Younis.

Además, el ejército israelí ha ampliado la zona de amortiguamiento a lo largo de la frontera, incluyendo el área de Shejaia, justo al este de Ciudad de Gaza. Ya controlaba un amplio corredor en la zona central de Netzarim. 

La Fuerza Armada de Israel afirma haber matado a cientos de combatientes de Hamás, incluidos muchos comandantes de alto rango del grupo militante palestino, desde el 18 de marzo; mientras la agencia humanitaria de la ONU (OCHA) dice que al menos 1.630 personas han muerto por ataques y más de 400.000 palestinos han sido desplazados desde la misma fecha. 

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que Gaza se ha convertido en una «fosa común», mientras los grupos humanitarios luchan por proporcionar ayuda.

«Estamos presenciando en tiempo real la destrucción y el desplazamiento forzado de toda la población en Gaza», dijo Amande Bazerolle, coordinadora de emergencias de MSF en Gaza, en un comunicado.

Katz afirmó también que Israel buscará implementar un plan para permitir que los gazatíes que deseen abandonar el enclave puedan hacerlo, sin dar más detalles. 

Y, al reiterar la exigencia israelí de que Hamás deponga las armas, las declaraciones de Katz evidencian lo distante que aún están ambas partes de lograr un acuerdo de alto el fuego, pese a los esfuerzos de los mediadores egipcios por reactivar las negociaciones.