Nicolás Maduro Gobernará por seis años más, con crecientes tensiones diplomáticas y un endurecimiento de las sanciones internacionales. Maduro se enfrenta a un contexto más complejo que en su reelección de 2019, incluso países ideológicamente más cercanos, han marcado su distancia.
«Juro por el histórico, noble y aguerrido pueblo de Venezuela y ante esta Constitución, de la que haré cumplir todos sus mandatos. Inauguro el nuevo periodo de la paz, la prosperidad y la nueva democracia», sentenció Nicolás Maduro ante el presidente del Parlamento, el también oficialista Jorge Rodríguez.
Sin embargo, esta investidura se encuentra profundamente cuestionada, tanto a nivel local como internacional, debido a las denuncias de fraude en las elecciones del año pasado Maduro acusó a los «traidores» venezolanos de tratar de «convertir la juramentación (…) en una guerra mundial», pero, según él, «esta toma de posesión constitucional venezolana no la pudieron impedir y es una gran victoria venezolana».
«El poder de Estados Unidos, junto a sus esclavos en América Latina, convirtieron la elección de Venezuela en una elección mundial. Y se la ganamos», dijo Maduro.
El líder oficialista broméo varias veces con la posibilidad de la llegada del candidato opositor Edmundo González, que reivindica que fue él el verdadero ganador de las elecciones de julio y había anunciado su intención de regresar a Venezuela para tomar posesión como presidente del país.
«¿Ya llegó?», preguntó en tono jocoso, en medio de las risas de los invitados al acto en el Palacio Legislativo de Caracas.
Maduro acusó a «los gobiernos de la derecha fascista maltrecha de América Latina» de estar «desquiciados» y «botando baba de odio» por su incapacidad para sacarlo del poder.
«No aprendieron de la experiencia Guaidó», dijo en referencia al político opositor reconocido en 2019 como presidente interino del país por Estados Unidos y gran parte de los países de la Unión Europea y América Latina.
El líder chavista también apuntó al presidente argentino, Javier Milei.
«La extrema derecha sionista encabezada por un sádico social como Javier MIlei con ayuda del imperio norteamericano creyó que podrían imponerle a Venezuela un presidente», dijo Maduro.
En su extenso discurso, Maduro abordó algunos de los principales retos y planes para los próximos seis años, entre los que destacó las elecciones internas, el deterioro de sus relaciones diplomáticas, una reforma constitucional, una economía aún inestable y una amenaza directa a la oposición. Unos puntos que serán fundamentales en su tercer mandato.
¿Una Venezuela cada vez más aislada?
“Ahora hay un sentimiento más difundido de falta de legitimidad de Maduro de parte, incluso, de países más afines ideológicamente”, dijo Tiziano Breda, analista senior para América Latina y el Caribe en ACLED.
El experto cree que las relaciones con países de la región serán más complicadas y retomarlas no será un camino sencillo. Breda recuerda el capítulo ocurrido en 2019, cuando Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino.
“Hubo un grupo, el de Lima, que lo respaldó, lo hizo Trump desde la Casa Blanca, pero ahora el escenario es diferente”, aclaró.
Ahora, según el analista, “nadie va a considerar a Edmundo González como presidente efectivo porque no puede ser juramentado por ningún órgano del Estado y hay poco apetito para repetir el experimento con Guaidó”.
La ausencia de los presidentes de países como Brasil, Colombia o México llama mucho la atención, dice Breda, al indicar que esta posesión tuvo menos representantes que en 2019. “Esto refleja la situación en la que se encuentra Maduro”, agregó.
Para Breda, con la ceremonia de este viernes solo “oficializa su investidura para ser presidente, pero esto no va a resolver los problemas de legitimidad que dejó esta elección”.
Tras estos comicios, Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Paraguay.
Analistas auguraban, antes de su posesión, que Maduro buscaría negociar con la Unión Europea y con Estados Unidos el levantamiento de los bloqueos a Venezuela y al Gobierno chavista, al igual que la posibilidad de reactivar la industria petrolera. Pero con las nuevas sanciones anunciadas este viernes por EE. UU., la Unión Europea, Canadá y Reino Unido el escenario sería aún más complicado.
Además, hay que tener en cuenta que, de las 930 sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa, 765 tuvieron lugar durante la primera Administración de Donald Trump. El interrogante es si en este nuevo periodo en la Casa Blanca, Trump tome una postura similar con su estrategia de “máxima presión” tal como lo hizo en 2019.
Sin embargo, hay dudas de que esto pueda repetirse y el republicano ha dejado claro que sus prioridades en política internacional son otras. Un síntoma de esto es que no mantuvo un encuentro con González cuando realizaba su gira en Estados Unidos, en busca de apoyo.
Machado denuncia “golpe de Estado” y pide a González no viajar a Venezuela hasta que llegue su momento
La líder opositora venezolana, María Corina Machado, aseguró que Nicolás Maduro consumó un “golpe de Estado” y pidió a Edmundo González no regresar a Venezuela para garantizar su integridad física, que es fundamental para que asuma la presidencia, dijo. También dio detalles sobre su detención.
La líder opositora venezolana, María Corina Machado, afirmó que el gobernante Nicolás Maduro consumó un “golpe de Estado” al ser juramentado para un tercer período en medio de denuncias de fraude, y dijo que le pidió a Edmundo González no regresar al país para asumir la presidencia hasta que las condiciones sean las adecuadas.
También dio detalles sobre su detención y posterior liberación en la víspera, que provocó una serie de condenas a nivel internacional y que el gobierno de Maduro calificó de «show».
“En su paranoia delirante el régimen no sólo ha cerrado el espacio aéreo de Venezuela, sino que ha activado todo el sistema de defensa aérea. Hemos por lo tanto evaluado todo esto y decidimos que no es conveniente que el día de hoy Edmundo regrese a Venezuela. Le he pedido que no lo haga, porque su integridad es fundamental para la derrota final del régimen y la transición a la democracia que está muy cerca”, dijo en un video.
“Edmundo vendrá a Venezuela a juramentarse como presidente electo de Venezuela en el momento correcto, cuando las condiciones sean las adecuadas”, agregó en un mensaje grabado que duró poco más de ocho minutos y que fue difundido en sus redes sociales.
Machado dijo también que Maduro «pisoteó la Constitución venezolana flanqueado por los dictadores de Cuba y Nicaragua, esto lo dice todo. Maduro hoy no se puso la banda en el pecho, se la puso en el tobillo, como un grillete, que cada día le apretará más (…) esto se acabó”
Sobre su detención
Machado narró en el video que el jueves, tras salir de la concentración opositora a la que convocó en Caracas, fue interceptada por funcionarios policiales que dispararon, la capturaron y que, luego, “repentinamente” le informaron que tenían la orden de dejarla ir.
“Para poder hacerlo me pidieron que grabara un video con una fe de vida. Me tomó varias horas poder alejarme de la zona y resguardarme nuevamente”, dijo.
A pesar de todo, aseguró que se encuentra bien, aunque con “fuertes dolores y contusiones” en partes del cuerpo. A su juicio, lo ocurrido demuestra “profundas contradicciones” en el gobierno y divisiones internas.
Machado, de 57 años, que había estado en la clandestinidad desde agosto, relató que luego se enteró que uno de los conductores de las motos que la acompañaban había sido herido de bala y arrestado.
Tanto Maduro como González Urrutia, reconocido como presidente electo por varios gobiernos, se adjudican la victoria en las elecciones presidenciales del 28 de julio.
A pesar de la insistencia de parte de la comunidad internacional que pidió resultados transparentes y verificables, el organismo electoral no divulgó datos desglosados, pero la oposición publicó actas que conservaron sus testigos de mesa.
Los presidentes de Cuba y Nicaragua, Miguel Díaz Canel y Daniel Ortega, respectivamente, fueron los únicos mandatarios de la región que asistieron a la toma de posesión, luego de que la mayoría de los gobernantes cuestionaran los resultados electorales y el acto de investidura de Maduro.
La mayoría de los gobernantes de América Latina se negó a asistir, incluidos aliados del gobierno de Maduro como los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.