Raffaela Cruz emigró a Toronto, desde Quito (Ecuador) el año pasado. Tuvo que pagar seis meses de alquiler por adelantado para asegurarse una vivienda.

Andrea Carranza y su marido tuvieron que “competir” por al menos una docena de apartamentos cuando llegaron a Toronto el verano pasado.

Pero todos los propietarios rechazaron su solicitud.

«Fue realmente frustrante. Eran lugares realmente sucios, pero aun así nos dijeron que no», dijo Carranza, que trabajó en IBM en Lima, Perú, durante nueve años antes de irse del país.

Durante dos meses, Carranza y su marido durmieron en un sofá en un pequeño apartamento ubicado en el centro de Toronto, que compartían con otras dos parejas mientras buscaban casa.

Los agentes inmobiliarios con los que trabajaba Carranza le dijeron que los habían rechazado porque eran nuevos inmigrantes, que no tienen historia crediticia ni cartas de referencia y, en aquel momento, sin trabajo. Los agentes les sugirieron que ofrecieran hasta un año de alquiler por adelantado.

Desesperada, Carranza empezó a buscar opciones en Kijiji. Allí encontró un apartamento de un dormitorio cerca de la estación de Kipling por 2.250 dólares al mes. Los propietarios estaban dispuestos a reunirse en persona con Carranza y su marido.

La pareja acabó desembolsando 28.300 dólares -los ahorros de toda su vida- para demostrar su fiabilidad a los arrendadores y, por fin, asegurarse una vivienda. CBC News vio correos electrónicos que confirman la transacción.

Carranza y su pareja forman parte del creciente número de recién llegados que pagan miles de dólares por adelantado para convencer a los propietarios de que les alquilen apartamentos. CBC News habló con ocho recién llegados que dijeron que sentían que era la única manera de asegurarse una vivienda.

Aunque técnicamente no es ilegal, abogados y expertos en vivienda afirman que esta zona gris no regulada deja a muchos recién llegados, así como a otros posibles inquilinos, en situación de vulnerabilidad.

Zona gris no regulada

Al igual que Carranza, Raffaela Cruz estaba desesperada por encontrar vivienda en Toronto tras un par de semanas pagando más de 270 dólares por noche en un Airbnb con su marido y su perro dálmata.

Se mudaron a la ciudad desde Quito, Ecuador, en 2023 y unos amigos les dijeron que trabajaran con un agente inmobiliario para encontrar un apartamento lo antes posible.

Angela Chaves, gestora de servicios de transición en el Consejo Multicultural de Halton, que trabaja con recién llegados a Ontario, dijo que es típico que los que saben hablar inglés trabajen con agentes inmobiliarios, porque los agentes pueden abogar por ellos ante los propietarios, lo que aumenta las posibilidades de que sus solicitudes sean aceptadas.

Chaves también explicó que hoy en día los propietarios prefieren trabajar con agentes que con inquilinos directamente, porque confían en que los agentes les encontrarán un inquilino fiable.

Raffaela Cruz contó que dos agentes inmobiliarios les sugirieron a ella y a su marido que pagaran al menos 12 meses de alquiler por adelantado.

«Uno de ellos nos dijo: ‘son latinoamericanos. La gente no confiará en ustedes, así que les pedirán más [dinero]’.”

Otro agente inmobiliario le dijo que podían encontrarles una casa con sólo seis meses de pago por adelantado. Cruz y su marido aceptaron.

«Incluso seis meses era una locura para nosotros, pero nos dijimos: ‘Es esto o no tenemos otro sitio adonde ir’”.

Según la Ley de Arrendamientos Residenciales de Ontario, un propietario sólo puede pedir legalmente a un inquilino que pague por adelantado el primer y el último mes de alquiler. Pero nada impide que un inquilino ofrezca pagar más.

De hecho, cada vez son más los agentes inmobiliarios que lo sugieren.

Sue Heddle, una agente inmobiliaria de Oakville, Ontario, que representa a propietarios, dice que vio por primera vez esta práctica en 2017.

Heddle dijo que es la norma ahora -y que es imposible para los recién llegados -generalmente sin puntuación de crédito o historial de trabajo en Canadá- encontrar una casa en Ontario, a menos que ofrezcan más dinero por adelantado.

«Es difícil decir que no a un cheque que llega a la mesa por 60.000 dólares, ¿verdad?», comentó.

Elaine Page, asistente jurídica del Colegio de Abogados de Ontario, afirmó que los agentes inmobiliarios se ven incentivados a cerrar el trato para obtener su comisión, que suele ser de un mes de alquiler.

Los agentes inmobiliarios no obtienen una comisión mayor por incitar a los inquilinos a ofrecer más dinero por adelantado, pero hacerlo coloca a los inquilinos en una mejor posición en una guerra de ofertas y lleva a los agentes inmobiliarios a asegurarse una comisión.

Según Page, algunos arrendadores y agentes inmobiliarios mantienen una conversación en la que los propietarios sugieren que si un posible inquilino ofrece varios meses de alquiler por adelantado, será aceptado.

«Puede que los caseros digan eso y luego pongan en el contrato de alquiler que fue el inquilino quien lo ofreció, pensando que así se protegen», explicó Page, cuyos clientes son en un 95% arrendadores.

Un terreno de juego desigual

Page, que ha representado a varios propietarios ante los tribunales, dijo que, en última instancia, los propietarios intentan protegerse.

Agregó que últimamente ha visto más inquilinos que presentan puntuaciones de crédito falsas o documentos de prueba de empleo.

Actualmente, Page representa a Larry Williams, un propietario de Toronto cuyo inquilino presentó documentos falsos y ahora le debe 35.000 dólares, es decir, 10 meses de alquiler.

«Sospecho firmemente que fui estafado por un profesional. Todo lo que nos proporcionaron era fraudulento. Y he aprendido mucho con esta experiencia», dijo Williams.

Asquith Allen, director de política y asuntos normativos de la Federación de Proveedores de Viviendas de Alquiler de Ontario, dijo que ninguno de los miembros de la organización incurre en prácticas ilegales como cobrar a los inquilinos más de los dos meses de alquiler habituales.

Pero Lily Xia, coordinadora de la Federación de Asociaciones de Inquilinos (Federation of Metro Tenants’ Associations), dijo que su línea de atención telefónica a los inquilinos recibe unas 40 llamadas al día sobre tácticas ilegales de los propietarios, como pedir varios meses de alquiler por adelantado.

«Desde propietarios que sólo tienen un par de viviendas a otros que tienen cientos de ellas, la situación es casi generalizada. Por eso la situación es tan grave, porque la gente no tiene cómo escapar de la explotación».

Junta saturada

Page dijo que los recién llegados a Toronto siempre han tenido que demostrar su fiabilidad ofreciendo dinero extra si carecen de respaldos como el crédito.

«Lo que ha ocurrido en los dos últimos años es que ahora se ha extendido a todos los demás», dijo Page.

Entre ellos se encuentra el abogado Austen Metcalfe, un hombre originario de Toronto, que representa tanto a propietarios como a inquilinos. Tiene una buena puntuación crediticia.

Hace dos años, un par de agentes inmobiliarios le pidieron que pagara varios meses de alquiler por adelantado para asegurarse un apartamento que le gustaba mucho.

Al principio se sorprendió, convencido de que era ilegal, pero pronto aprendió lo fácil que es eludir la ley si un posible inquilino ofrece el dinero.

Metcalfe dijo que los inquilinos que han pagado varios meses de alquiler para asegurarse una vivienda pueden llevar su caso a la Junta de Propietarios e Inquilinos, que resuelve los conflictos entre inquilinos y propietarios de viviendas, y pedir que se les devuelvan el dinero. Pero la Junta está saturada y pueden pasar meses hasta que se celebre una audiencia inicial.

Metcalfe comentó que la organización, antes del verano, tenía un retraso de unos ocho meses.

«Eso no va a ayudar a un nuevo inmigrante, que está llegando y tratando de conseguir una vivienda», advirtió.

La Junta de Propietarios e Inquilinos se negó a conceder una entrevista en persona a CBC News, alegando que sólo respondería a las preguntas por escrito.

Cuando se le preguntó por los largos tiempos de espera, la organización dijo que un propietario o inquilino puede presentar una solicitud por escrito para acortar el tiempo de una audiencia. También explicó que está aplicando estrategias para reducir los retrasos y mejorar los plazos de servicio.

En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Municipales y Vivienda de Ontario afirmó que la única solución para que la vivienda sea realmente más asequible es aumentar la oferta disponible, y que está ayudando a los socios privados y sin ánimo de lucro a construir unidades más rápidamente mediante exenciones de las tasas de urbanización.

También sugirió a los ciudadanos que presentaran sus quejas ante la Junta de Arrendadores e Inquilinos.

Un problema presente en todo Ontario

Ángela Chaves, del Consejo Multicultural de Halton, indicó que algunos recién llegados son más vulnerables que otros, por ejemplo si no hablan inglés o tienen problemas económicos.

Según Chaves, la baja tasa de desocupación y el estancamiento de la Junta de Propietarios e Inquilinos han exacerbado el aumento de los grandes pagos por adelantado, pero no es sólo un problema de Toronto.

Hace unos años, la especialista animaba a los recién llegados a solicitar vivienda en zonas más asequibles, como la región del Niágara o Hamilton.

«Pero ahora los nuevos inmigrantes se enfrentan a las mismas dificultades, porque estamos en una crisis de la vivienda en Canadá», recordó.

Chaves da un consejo a los recién llegados: «traigan dinero, porque las probabilidades de que les pidan 12 meses de alquiler son muy altas», advirtió.

«Confiaron en nosotros»

Con los ahorros de toda la vida agotados, Andrea Carranza y su marido dependen del sueldo de él como técnico para salir adelante.

«Cada cheque que recibe mi marido se destina a comida, transporte, Wi-Fi. Todo se gasta», dijo.

Actualmente estudiante, Carranza comentó que debe encontrar un trabajo antes de octubre, que es cuando empezarán a pagar el alquiler de nuevo.

A pesar del estrés, la falta de trabajo y de un fondo de emergencia, Carranza aseguró que sigue sintiendo gratitud hacia sus arrendadores, simplemente por acogerla a ella y a su marido cuando se quedaron sin hogar.

«La verdad es que son buena gente. Confiaron en nosotros».

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