A nivel global, existe una preocupación evidente: aquellos que deberían proteger la libertad de prensa, los gobiernos y autoridades políticas, son quienes la amenazan. Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), en su último ranking de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, el indicador político registra el mayor descenso en 2024, disminuyendo en 7,6 puntos. En América Latina, Argentina y Ecuador son las naciones donde se registraron mayores retrocesos para proteger el trabajo de la prensa. A nivel mundial, Eritrea ocupa ahora la peor posición, en sustitución de Corea del Norte. En contraposición, Noruega se clasificó como el país mejor evaluado por el organismo.
Un mundo sin micrófonos. Reporteros Sin Fronteras, el influyente organismo de defensa de la libertad de prensa, emitió una advertencia sobre el retroceso en el respaldo gubernamental a este derecho fundamental al presentar su última clasificación mundial anual.
A nivel mundial, Noruega conserva la primera posición del ranking, mientras Eritrea toma el puesto final, sucediendo a Corea del Norte.
En América Latina, Ecuador y Argentina registran los mayores retrocesos en esta clasificación, con un panorama preocupante en la región en cuanto a la protección de la libertad de prensa.
Según RSF, cada vez más gobiernos y figuras políticas dejan de proporcionar un entorno ejemplar para la práctica del periodismo y el derecho de la ciudadanía a acceder a información confiable, independiente y plural. Reporteros Sin Fronteras afirma que hay un evidente deterioro en el respaldo y el respeto a la independencia de los medios, al tiempo que aumentan las presiones por parte de los Estados u otros actores políticos sobre ellos.
“Los Estados y las fuerzas políticas, independientemente de su orientación, desempeñan un papel cada vez menor en la protección de la libertad de prensa. Este desentendimiento se acompaña, en ocasiones, de un cuestionamiento del papel de los periodistas, o incluso de la instrumentalización de los medios en campañas de acoso o desinformación. Un periodismo digno de ese nombre es, por el contrario, un requisito previo para un sistema democrático y para el ejercicio de las libertades políticas”, afirmó Anne Bocandé, directora editorial de RSF.
Presiones políticas en América Latina
Durante el último año, los periodistas latinoamericanos se enfrentaron a presiones políticas, especialmente en México, debido a la hostilidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, según advirtió Artur Romeu, el director de Reporteros Sin Fronteras para la región, en una declaración con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, este viernes 3 de mayo.
La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF, un índice anual que analiza la situación de los periodistas en 180 países y mide cinco indicadores –político, social, económico, marco jurídico y seguridad-, indica que más de la mitad de los países del continente experimentaron un deterioro en 2023.
El funcionario dijo que el dato de México está “asociada a una postura hostil y agresiva por parte del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador con respecto al ejercicio periodístico”.
“(López Obrador) está llegando al fin de su mandato este año y no hubo reformas significativas para fortalecer las políticas públicas de protección a periodistas. Pierde una oportunidad México de poder presentarse al mundo como un país que ha logrado hacer frente a ese problema durante este sexenio”, agregó.
En México solo en 2023 documentaron cuatro asesinatos a periodistas, frente al récord de 11 de 2022. En un contexto pre-electoral, dijo Romeu, “hay un vacío de propuestas” sobre violencia contra periodistas, y consideró “absolutamente incomprensible» que «ninguna campaña presidencial» tenga «declaraciones fuertes en apoyo al periodismo» y «propuestas de mejorías para las garantías de la libertad de prensa”.
En la última década, México registró la trágica cifra de 72 periodistas asesinados, situándose como el país con el mayor número de casos en el mundo.
“Argentina ha sido el país que tuvo la mayor baja de la región, con relación al año anterior, bajó 26 posiciones”, apuntó Romeu.
El experto relacionó la caída del índice para Argentina con la presión política tras la llegada de Javier Milei a la presidencia, quién ha mostrado una postura agresiva hacia el periodismo.
En Perú, que ocupa el puesto 125, las condiciones para la práctica del periodismo están experimentando un deterioro constante, especialmente a medida que el sistema político se vuelve más opaco. En tan solo dos años, el país descendió 48 lugares en la clasificación.
En Centroamérica, la actitud abiertamente hostil del presidente Nayib Bukele hacia el periodismo de investigación es responsable que el país pasara del puesto 115 al 133 desde 2019.
En los tres países de la región que ocupan los últimos puestos de la Clasificación están Cuba (168), Nicaragua (163) y Venezuela (156). Allí el periodismo se enfrenta a una censura gubernamental que puede manifestarse a través de detenciones, suspensiones de la difusión o trámites administrativos restrictivos.
Otro caso es Guatemala (138), donde la criminalización de los periodistas y el encarcelamiento de Jose Rubén Zamora mostraron graves amenazas para los periodistas allí.
En Ecuador, que ocupa el puesto 110, la crisis política y la violencia del crimen organizado golpeó negativamente el funcionamiento democrático. Aunque no se han reportado nuevos asesinatos de periodistas en comparación con el año pasado, cuando se registraron seis, Haití (93) se mantiene en el puesto 131 de los 180 países evaluados.
El reporte da buenas noticias para Chile (52), ya que el país ascendió 31 lugares en la clasificación. Este avance se atribuye a la reducción de la polarización política, mientras que en Brasil (82), el gobierno del presidente Luiz Inacio Lula Da Silva, ha logrado avances significativos en la normalización de las relaciones con la prensa, tras un período de tensiones durante el mandato del expresidente Jair Bolsonaro.
Gaza, un cementerio de periodistas
En medio oriente los conflictos armados pasan factura con la vida de periodistas, siendo Palestina (157) el país más peligroso para informar. El ejército israelí fue responsable de la muerte de más de 100 periodistas en Gaza, afirma el organismo. La cifra incluye al menos 22 que murieron mientras realizaban su labor informativa.
En Medio Oriente existen cinco de las diez mayores cárceles de periodistas del mundo. Este preocupante dato se refleja en países como Israel (101), Arabia Saudí (166), Siria (179) e Irán (176), en éste último persiste su baja posición en la Clasificación debido a su política de encarcelamientos intensivos.
Desde el inicio de la guerra contra Hamás, Israel (101) intenta restringir la información proveniente del asediado enclave, mientras que la desinformación se filtra en su entorno mediático. RSF dice que a pesar de ser superado en la clasificación por Qatar (84), Israel perdió su posición de liderazgo en la región, con la situación de la libertad de prensa calificada ahora como «difícil».
Más allá de Palestina, en Líbano (140), tres periodistas fueron asesinados por las fuerzas israelíes, dice RSF. En Sudán (149), donde un conflicto interno está cobrando la vida de varios periodistas, la situación de la libertad de prensa se ha deteriorado gravemente. Siria cayó a la penúltima posición en la Clasificación y, a pesar de ser uno de los países más peligrosos del mundo para los medios, sus periodistas exiliados enfrentan amenazas de deportación desde Jordania (132), Turquía y Líbano.