La presidenta Boluarte, anunció el ‘retiro definitivo’ del embajador de Perú ante México, alegando que su homólogo mexicano ‘viola el principio de no injerencia en asuntos internos’ al apoyar al destituido y encarcelado expresidente Castillo. Esta decisión escala aún más la diatriba entre ambos gobiernos desde que Boluarte asumió el poder. 

La presidenta peruana hizo el anuncio en un mensaje televisado al país el mismo día en que López Obrador calificó a Boluarte de «espuria» y reiteró que «México va a seguir apoyando al presidente (Castillo) injusta e ilegalmente destituido».

«Rechazo enérgicamente las expresiones formuladas hoy por el presidente de México sobre asuntos internos de Perú, y los inaceptables cuestionamientos que de manera reiterada formula sobre el origen constitucional y democrático de mi gobierno», dijo Boluarte, flanqueada por su jefe de gabinete, Alberto Otárola y la canciller peruana, Ana Cecilia Gervasi.

López Obrador declaró este viernes a la prensa que tanto la presidenta Boluarte como el Congreso tienen una desaprobación de entre el 85% y 90% en encuestas, «y, aun así, ellos mandan con las bayonetas y con la represión, con la fuerza, ya van más de 60 asesinados».

El retiro del embajador de Lima en Ciudad de México, Manuel Talavera Espinar, conlleva a que «las relaciones diplomáticas entre Perú y México quedan formalmente a nivel de encargado de negocios», dijo la mandataria peruana.

Boluarte manifestó que el presidente López Obrador «ha decidido apoyar el golpe de estado que diera el ahora expresidente Pedro Castillo el 7 de diciembre de 2022», del cual dijo que generó el «rechazo unánime de las instituciones que integran el orden democrático en Perú» y motivó la destitución constitucional de Castillo por el Congreso peruano.

En su declaración televisada Boluarte manifestó que «el señor López ha decidido afectar gravemente las bicentenarias relaciones de respeto mutuo, amistad, cooperación y voluntad de integración que históricamente han unido a Perú y México, al privilegiar afinidades ideológicas».

El último episodio de las tensiones entre los dos países se produjo la semana pasada, cuando la mandataria peruana acusó a su par mexicano de negarse a entregarle la presidencia rotativa de la Alianza del Pacífico. A ello México respondió que lo consultaría con el grupo de Río.

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