Sin consenso para enviar una fuerza internacional a Haití, azolado por la violencia de las pandillas
La ONU se dice alarmada por el récord de violencia de grupos criminales en el país caribeño. En su último informe, presentado ayer al Consejo de Seguridad, el Secretario General Antonio Guterres describe unos niveles de violencia no vistos en décadas. También reitera la necesidad de una fuerza de intervención internacional, una petición que viene haciendo Puerto Príncipe desde el pasado mes de octubre.
Con Carrie Nooten, corresponsal de RFI en Nueva York
A causa de las pandillas, los secuestros se han duplicado en comparación con el año pasado, los asesinatos han aumentado un tercio. Hélène La Lime, enviada especial de la ONU a Haití, no escatimó detalles para los miembros del Consejo, describiendo cómo se está utilizando la violación de mujeres y niños para sembrar el miedo.
La ONU acoge con satisfacción el acuerdo de consenso firmado el 21 de diciembre, que prevé elecciones para febrero de 2024, o el apoyo a la formación y equipamiento de la policía haitiana. Apoyan además la petición del gobierno haitiano de una fuerza internacional armada.
«La realidad es que, sin esta fuerza de despliegue internacional, que trabajará de forma concertada con la Policía Nacional de Haití, el efecto positivo del proceso político y de las sanciones seguirá siendo frágil y amenazado de retroceso. El pueblo haitiano pide a gritos esta ayuda para poder seguir con su vida cotidiana en paz”, sostiene la enviada de la ONU.
Durante los últimos tres meses, el Consejo ha guardado silencio sobre el tema, ya que ninguno de los quince miembros ha querido tomar la iniciativa de tal creación. China y Rusia son bastante críticos al respecto, Moscú ha dudado rotundamente de que pueda cambiar fundamentalmente la situación.
Haití está desde hace años sumido en una crisis política y económica, con anarquía, pobreza y desesperación generalizadas.
El asesinato del presidente Jovenel Moise en julio de 2021 profundizó la crisis.
Organizaciones de derechos humanos afirman que los grupos armados controlan más de la mitad del territorio del país.