Trabajo infantil: una erradicación pendiente
Mientras el mundo lucha por resolver sus problemas políticos y económicos, millones de niños trabajan para mantener sus hogares. Líderes religiosos, activistas y funcionarios se han manifestado en contra de este flagelo que afecta a 1 de cada 10 niños mayores de 5 años.
“Nuestro consumo no debe seguir contribuyendo a la explotación de los niños en los países más pobres”.
De esta manera llamaba la atención la ministra de Desarrollo alemana, la socialdemócrata Svenja Schulze, quien apremió a la Unión Europea a implantar una ley a escala comunitaria que sirva como herramienta contra el trabajo infantil.
La iniciativa fue lanzada en el contexto del Día Mundial contra este mal, recordando además que el parlamento alemán aprobó hace un año una ley que garantiza, entre otros aspectos, la lucha contra la explotación infantil. Un paso importante al que, según Schulze, debe seguir una normativa europea.
En una misma línea, Fernando Morales de la Cruz, un activista centroamericano, realizó este domingo una acción de protesta frente al Bundestag (parlamento) alemán por lo que calificó como “inacción” de los gobiernos y organismos internacionales contra el trabajo infantil.
El manifestante es un guatemalteco que ha impulsado una campaña en el Parlamento Europeo para mostrar “la verdad” del trabajo infantil.
Morales de la Cruz arguye que 300 millones de niños pobres son explotados por las cadenas de suministros de países occidentales, incluso de Alemania, a pesar de la ley que expone y defiende Schulze.
Según explicó el oriundo de Guatemala a la prensa, la campaña cuenta con el apoyo de unos 40 eurodiputados.
8,4 millones de niños se sumaron a tareas laborales desde el 2016
Datos de UNICEF dan a conocer que al menos unos 160 millones de niños de todo el mundo realizan fuertes labores, como el trabajo en el campo, la minería, talleres de confecciones clandestinos, entre otros, lo que les imposibilita crecer como infantes.
Cerca de la mitad, al menos 79 millones, trabajan bajo condición de riesgo para su salud y su vida, debido al trabajo forzoso o incluso el reclutamiento en grupos armados, entre otros lamentables escenarios.
Pero el organismo internacional deja claro que muchos escapan a sus estadísticas debido a la opacidad de las actividades que realizan.
La pandemia del Covid-19 ha agravado esta situación. La crisis económica y social que dejó en el mundo incidió directamente en la educación, con el cierre de escuelas, y en la separación de los niños de sus familias, al tener que migrar en busca del sustento y quedar en una posición de vulnerabilidad.
Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, a pesar del trabajo realizado para alejar a los pequeños del ámbito laboral, desde el año 2016 se han sumado alrededor de 8,4 millones.
La explotación Infantil “es una lacra”
El papa Francisco se sumó este 12 de junio a la condena del trabajo infantil: “Los menores explotados para trabajar es una realidad dramática que nos implica a todos”, puntualizó. “Es una lacra”, subrayó más adelante: «Ningún niño debería ser privado de sus derechos fundamentales y obligado a trabajar”, concluyó.