El colapso marca un giro dramático en una guerra civil que estalló en 2011 después de que el régimen reprimiera violentamente las protestas a favor de la democracia.
es un día histórico para Siria: los 61 años de régimen del partido Baaz han llegado a su fin.
La oposición siria ha anunciado en un comunicado televisado que han tomado Damasco y derrocado el régimen «tirano» de Bashar Al-Assad, quien estuvo en el poder durante 24 años, añadiendo que todos los prisioneros han sido liberados.
En medio de rumores de que Al-Assad habría huido de Damasco en avión, cuyo paradero sigue desconocido, cientos manifestantes salieron a las calles el sábado por la noche en diversas ciudades del país, mientras las fuerzas del régimen se retiraban de lugares críticos como el Ministerio de Defensa, el Ministerio del Interior y el aeropuerto internacional.
Con la entrada de los manifestantes en esas zonas cruciales, el régimen perdió la mayor parte de su control sobre la capital.
Además, los manifestantes tomaron la prisión de Sednaya, conocida por ser un bastión del régimen y por las prácticas de tortura que allí se denunciaron durante años.
El Partido Baaz asumió el poder en marzo de 1963 mediante un golpe militar. Posteriormente, en 1970, Hafez al-Assad consolidó su liderazgo con otro golpe interno dentro del partido, asumiendo la presidencia en 1971. Su hijo, Bashar al-Assad, le sucedió tras su fallecimiento en el año 2000, perpetuando el régimen baazista durante 24 años más.
Su caída, se enmarca, luego de que desde el pasado 30 de noviembre, las fuerzas opositoras tomaran en una ofensiva relámpago la ciudad de Alepo, continuando desde entonces en la toma de las ciudades clave de Hama y Homs.
El viernes, las fuerzas opositoras tomaron la ciudad de Daraa, en el sur de Siria, cerca de la frontera con Jordania, en un movimiento que refuerza su presencia en el sur del país.
El sábado por la mañana, la provincia de As-Suwayda también cayó bajo el control de la oposición, mientras que en Quneitra, los combatientes locales se apoderaron de la capital provincial, consolidando su dominio en esta región fronteriza.
Sirios se llevan muebles y adornos de los palacios de Assad, la ONU dice que Siria debe solucionar su crisis.
Videos de agencias y otros de redes sociales verificados mostraban el domingo cómo grupos de sirios entraban en los palacios del derrocado mandatario Bashar al-Assad el domingo, cargando con objetos decorativos y muebles. La ONU está llamando a una solución interna.
Grupos de sirios paseaban, se tomaban fotografías y hasta se llevaban objetos del mobiliario y la decoración de los palacios del presidente Bashar al-Assad tras la caída de su gobierno el domingo, mientras la ONU dijo que el futuro de la nación en guerra por más de una década es una cuestión que debe determinarse internamente.
A través de un portavoz, el secretario general de la ONU, António Gutérrez, dijo en un comunicado que el enviado del organismo «trabajará con ellos (los sirios) para lograr ese fin».
Los rebeldes sirios tomaron el control de Damasco el domingo, obligando a Assad a huir y poniendo fin a décadas de gobierno de su familia tras más de 13 años de guerra civil, en un momento histórico para Oriente Medio.
Assad, que no había hablado en público desde el repentino avance rebelde hace una semana, voló fuera de Damasco a primera hora del domingo. La agencia rusa Interfax informó más tarde este domingo que Assad, quien había estado en paradero desconocido desde que los rebeldes declararon su victoria más temprano este día, llegó a Rusia con su familia con asilo «por motivos humanitarios».
Más temprano el domingo, sirios desplazados hacían lo posible por regresar al país en autos donde viajaban grupos familiares.
Las reacciones de la ONU
Gutérrez dijo a través de un comunicado: «Siria puede aprovechar una oportunidad histórica para construir un futuro estable y pacífico».
A su vez afirmó que el país tiene «mucho trabajo por hacer para garantizar una transición política ordenada» hacia instituciones renovadas.
«Reitero mi llamamiento a la calma y a evitar la violencia en este momento tan delicado, protegiendo al mismo tiempo los derechos de todos los sirios, sin distinción. Observo que la inviolabilidad de los locales y el personal diplomáticos y consulares debe respetarse en todos los casos, de conformidad con el derecho internacional», indicó Gutérrez.
También instó a la comunidad internacional a «apoyar» para garantizar que «la transición política sea inclusiva y amplia y que satisfaga las aspiraciones legítimas del pueblo de Siria, en toda su diversidad».
Gutérrez afirmó a través del texto que es clave el restablecimiento de la soberanía, la unidad, la independencia y la integridad territorial de Siria.
«Las Naciones Unidas honrarán la memoria de quienes han soportado el peso de este conflicto. Seguimos comprometidos a ayudar a los sirios a construir un país donde la reconciliación, la justicia, la libertad y la prosperidad sean realidades compartidas por todos. Este es el camino hacia una paz sostenible en Siria», concluyó el comunicado.
Irán, «en una posición de debilidad sin precedentes» tras la caída de Bashar al-Assad
La caída de Bashar al-Assad reorganiza las cartas en Medio Oriente porque con el desmantelamiento del ‘Eje de la resistencia’, Irán se encuentra más aislado que nunca. La República Islámica podría verse obligada a redefinir su política de seguridad y su injerencia en Medio Oriente.
Las imágenes de la Embajada iraní saqueada el domingo 8 de diciembre en Damasco por un grupo de rebeldes sirios tras su ofensiva sobre la capital marcan un punto de inflexión. Retratos del líder supremo Alí Jamenei y del ayatolá Jomeini cubrían el suelo. Se rompieron carteles que glorificaban a Hassan Nasrallah, el líder del Hezbolá en Líbano, asesinado en septiembre durante un ataque israelí en los suburbios del sur de Beirut, y al general iraní Qassem Soleimani, que murió en un ataque estadounidense en Irak en 2020. Teherán, el principal aliado de Bashar al-Assad, ya no tiene el control.
El día anterior, los diplomáticos iraníes habían evacuado las instalaciones, los comandantes militares –incluidos altos oficiales de la Fuerza Al-Quds, rama externa de la Guardia Revolucionaria– y todo el personal iraní en Siria habían abandonado el país con urgencia, una señal de la incapacidad de Irán para mantener en el poder al régimen de Bashar al-Assad frente a la ofensiva relámpago de los rebeldes.
El tono dictado por Teherán también había cambiado pocas horas antes de la rendición de Damasco. La diplomacia iraní pidió el sábado al “Gobierno sirio y a los grupos legítimos de oposición” que inicien negociaciones. Un cambio de nombre respecto a los futuros amos de Siria. Hasta ahora, Teherán nunca había mencionado una “oposición” siria, sino “terroristas”.
El domingo, el Ministerio de Asuntos Exteriores iraní dio un paso más. Irán dijo que quería adoptar «un enfoque y posiciones apropiadas» basadas en «los acontecimientos en Siria y en la región, así como el comportamiento de los actores» en el terreno, y pidió la continuación de las relaciones «amistosas» con Siria.
La familia Assad es el principal aliado de Irán desde la Revolución Islámica de 1979. «Siria fue el único país árabe de la región que apoyó a Irán durante la guerra Irán-Irak, mientras que todos los demás países árabes apoyaron a Irak «Luego, desde 2011, Irán ha apoyado al régimen del presidente Assad a pesar de la oposición de todos los demás países árabes de la región».
Celebraciones, caos y saqueos en Damasco: qué está pasando en la capital siria tras la caída de Bashar al Assad.
La capital de Siria, Damasco, entró en su primera noche tras la caída del gobierno de Bashar al Assad con una mezcla de alegría, caos y mucha incertidumbre.
A las cinco de la tarde (hora local) entró en efecto un toque de queda decretado por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), que encabezó el avance de los grupos insurgentes en la última semana y que este fin de semana tomó la capital del país.
La medida busca evitar la anarquía en la capital de un estado que desde hace 53 años era gobernado con mano de hierro por la familia Assad y que desde 2011 estaba inmerso en una guerra civil que había causado la destrucción de gran parte del país.
Tras la caída de la noche se escucharon, al menos, dos grandes explosiones. Una de estas fue atribuida por informes no confirmados a un supuesto ataque de Israel sobre un complejo de seguridad en el distrito de Kafr Sousa, así como un centro de investigación donde anteriormente se había dicho que científicos iraníes habían desarrollado misiles.
Se afirma que la otra explosión ocurrió en el proyecto Marota City, un complejo de viviendas que pertenecía a empresarios relacionados con el régimen de Assad.
Pero, incertidumbres aparte, esta primera jornada tras la caída de Assad ha estado marcada por las manifestaciones de júbilo y por un cierto caos.
«Por primera vez, somos realmente libres»
La noticia del derrocamiento de Assad ha dado razones para celebrar a muchos residentes de Damasco.
Una de las Habitantes de Siria indico :
«Todos sentimos que hemos estado bajo el agua, literalmente, durante trece años, y que todos acabamos de tomar aire. Y sé que hay muchas personas que son mucho mayores que yo y que han pasado por demasiado. Hemos estado bajo el agua… deseando tomar aire. Y así es exactamente como me siento, siento que finalmente puedo respirar«, dijo.
«Estamos celebrando. Ningún sirio ha dormido en los últimos dos días. Vivo en Damasco y te puedo decir que nunca me he sentido tan feliz en toda mi vida como me siento hoy. No se puede describir esta emoción. Tienes que estar aquí porque lo que estamos viviendo como sirios es que, por primera vez, somos realmente libres«, dijo.
A lo largo del día, mucha gente se congregó en la plaza de los Omeyas, la principal de Damasco, para celebrar ondeando la bandera de la revolución siria.
La caída del gobierno de Assad también se sintió en la capital siria en forma de caos.
«Las fuerzas del gobierno básicamente abandonaron sus posiciones y comandos militares. He visto en las calles de Damasco cientos de uniformes militares de Siria regados en el piso. He visto cascos, insignias de oficiales. He visto, básicamente, un ejército abandonando el país de forma desordenada», comentó a la BBC un periodista presente en esa ciudad.
Esa falta de autoridad se hizo visible en distintos episodios de violencia y saqueos.
Centenares de personas entraron al palacio presidencial, llevándose todo lo que pudieron y destruyendo el resto.
Miembros armados de HTS acudieron al palacio para controlar la situación, diciendo que los saqueos no eran aceptables.
Pero esos actos ocurrieron también en otros lugares de la capital siria, confirmando en parte los temores que tuvieron muchos comerciantes que -precavidamente- optaron por no abrir sus negocios este domingo.
Entrada en sedes diplomáticas
También se reportaron incidentes en algunas sedes diplomáticas.
La embajada de Irán en Damasco fue atacada este domingo. Imágenes divulgadas por la cadena Al Arabiya mostraban daños en el exterior del edificio, incluyendo ventanas rotas y habitaciones desordenadas con documentos regados por el suelo. También hay grabaciones que muestran a una muchedumbre destruyendo imágenes del general iraní Qasem Soleimani y del líder de Hezbolá Hassan Nasrallá (ambos fallecidos) en ese edificio.
El gobierno de Irán y la milicia chiita Hezbolá fueron dos de los principales aliados de Bashar al Assad y le ayudaron a combatir a los rebeldes que querían derrocarle.
Las autoridades italianas también reportaron el ingreso de militantes de las fuerzas rebeldes en la sede de la embajada de ese país en Damasco, aunque -según informaron- los hombres armados entraron en la residencia del embajador tomaron tres autos y se marcharon, sin hacerle daño a nadie.
También hubo reportes sobre supuestos saqueos en la sede del Banco Central de Siria, así como en el Ministerio de Cultura.
El grupo islamista HTS ha hecho llamamientos a la población para que no incurran en estos saqueos.
Su líder, Abu Mohammed al Jawlani, acudió este domingo a la mezquita de los Omeyas, una de las más antiguas del mundo, ubicada en el centro de Damasco.
Allí acusó al gobierno de Assad de haber apresado a miles de sus propios ciudadanos de forma injusta.
«Hoy, somos recompensados con esta victoria. Esta victoria es de todos los sirios», dijo.
Al Jawlani ha prometido respetar a las minorías y no buscar venganza.
Hace tiempo que trata de dejar atrás el pasado yihadista de su grupo, que hasta 2016 estuvo vinculado con Al Qaeda, pero existen dudas sobre sus verdaderas intenciones.