Amnistía Internacional acusa a Israel de perpetrar un genocidio en Gaza contra palestinos. La declaración hace eco de condenas similares de la ONU, pero Tel Aviv sigue arrasando el enclave.

Genocidio, genocidio, genocidio: cuatro sílabas que se repiten cual mantra para intentar expresar la brutalidad con que Israel arrasa a los palestinos en Gaza, pero cuyo significado no ha frenado los planes de aniquilación de Tel Aviv. La palabra se lee, se escucha, se declara y se denuncia todos los días. Es difícil que, con el pasar de los meses y el incremento exponencial de las muertes –que llegan a casi 45.000– no parezca vacía, carente de lo que realmente implica para quienes lo sufren. Pero, aun así, el eco debe continuar: lo que comete Israel en el enclave es consistente con genocidio, ha declarado la ONU. Y ahora un informe de Amnistía Internacional, con múltiples pruebas, lo reafirma.

Esta organización de derechos humanos afirma que encontró “elementos suficientes para llegar a la conclusión de que Israel ha cometido y continúa cometiendo genocidio contra la población palestina” en Gaza. Amnistía Internacional consideró en su informe “declaraciones de carácter genocida y deshumanizantes del gobierno israelí», así como imágenes satelitales que documentan la destrucción del territorio palestino e investigaciones en el terreno con habitantes de Gaza, entre el 7 de octubre de 2023 y julio de 2024.

En palabras de la organización, durante este período “Israel ha venido sumiendo a la población palestina en un infierno de destrucción sin ningún pudor, continuamente y con absoluta impunidad”. Al punto de someter a los palestinos en Gaza a “una muerte lenta y calculada”. Por su parte, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, sentenció que “mes tras mes, Israel ha tratado a los palestinos de Gaza como un grupo infrahumano, indigno de respeto por los derechos humanos y la dignidad, demostrando su intención de destruirlos físicamente».

Callamard, además, encendió una alerta: «Nuestras conclusiones abrumadoras deben servir de llamado de atención a la comunidad internacional: esto es un genocidio. Esto debe detenerse ahora». Los hallazgos del informe apuntan a que Tel Aviv ha ejecutado actos prohibidos por la Convención sobre Genocidio como “matanza de miembros de la población palestina de Gaza, lesión grave a su integridad física o mental y sometimiento intencional de ella a condiciones de existencia que habrían de acarrear su destrucción física”.

El informe, de 300 páginas, detalla 15 ataques aéreos llevados a cabo entre el 7 de octubre de 2023 y el 20 de abril de 2024, que habrían matado a 334 civiles, entre ellos 141 niños, y en los que «no se encontró ninguna prueba de que estuvieran dirigidos contra objetivos militares». Según el reporte, uno de esos bombardeos destruyó la casa de la familia Abdelal en Rafah, en el sur de Gaza, el 20 de abril, y mató a tres generaciones de palestinos —incluidos 16 niños— mientras dormían. La ONU había reportado la semana pasada que al menos 1.400 familias palestinas han sido “eliminadas por completo” en el enclave.

No son solo las bombas y las víctimas

Ahora, no solo son las muertes. Amnistía Internacional también denunció las condiciones de vida de los palestinos en el enclave, donde están sometidos a «desnutrición, hambruna y enfermedades”.

En el período que analiza el reporte, “Israel mantuvo un bloqueo ilícito sofocante, ejerció un control estricto del acceso a fuentes de energía, no facilitó un acceso humanitario significativo dentro de Gaza y obstaculizó la importación y la distribución de productos esenciales y ayuda humanitaria”. Una presión en todos los frentes que, además de agravar la crisis humanitaria en el enclave, “hicieron que el hambre llegara a extremos catastróficos y que las enfermedades se propagaran a un ritmo alarmante”. “Los efectos se hicieron sentir especialmente entre los niños y niñas de corta edad y las mujeres embarazadas y lactantes, con consecuencias previsibles para su salud a largo plazo”, aseveró Amnistía Internacional.

Callamard también envió un mensaje para los países que proporcionan respaldo militar a Tel Aviv: «Los Estados que envían armas a Israel violan sus obligaciones de prevenir el genocidio y corren el riesgo de convertirse en cómplices”. También señaló que “la inacción absoluta y vergonzosa de la comunidad internacional” por más de un año “a la hora de presionar a Israel para que ponga fin a sus atrocidades en Gaza es y seguirá siendo una mancha que empaña nuestra conciencia colectiva”.

En esa línea dijo que los gobiernos “deben dejar de fingir que son impotentes para poner fin a este genocidio, que ha sido posible cometer gracias a decenios de impunidad de las violaciones israelíes del derecho internacional”.

Las denuncias de genocidios y los incesantes bombardeos

La de Amnistía Internacional no es la primera denuncia del genocidio de Israel en Gaza. Hace menos de un mes, la ONU advirtió que las acciones de Israel cumplen con las características de un genocidio y que está usando la «hambruna como arma de guerra”. Luego, tres semanas después, señaló que las matanzas de palestinos son “atroces e inexcusables».

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, sostuvo que nada justifica el “castigo colectivo” en el enclave. «La ONU continuará mostrando solidaridad con el pueblo palestino y sus derechos inalienables a vivir en paz, seguridad y dignidad», indicó. A ese clamor también se sumó la voz del papa Francisco quien pidió una investigación para determinar si las acciones israelíes equivalían a genocidio.

Por su parte, el embajador de Palestina ante la ONU, Riyad Mansour, pidió una acción global inmediata para poner fin al genocidio de Israel. «Mientras me dirijo a esta asamblea, se está llevando a cabo una limpieza étnica a plena luz del día en Beit Lahia y en todo el norte de Gaza», dijo Mansour durante una sesión de la Asamblea General de la ONU este jueves.

Nombró los últimos ataques aéreos de Israel que mataron al menos a 20 palestinos e hirieron a docenas de desplazados en la zona de Al-Mawasi en Jan Yunis. «Cada hora, cada día, más niños, mujeres y hombres palestinos caen víctimas de este depravado ataque israelí. Se pierden vidas, familias devastadas y un pueblo entero brutalizado, aterrorizado y traumatizado, sin un final a la vista», dijo.

Este miércoles, médicos palestinos denunciaron que los recientes ataques aéreos israelíes han matado al menos a 47 personas en todo el enclave. Los residentes dijeron que los tanques avanzaron un día después de que el ejército israelí emitiera nuevas órdenes de evacuación.

Mientras los proyectiles impactaban cerca de zonas residenciales, las familias abandonaron sus hogares y se dirigieron hacia el oeste, a la cercana zona designada para fines humanitarios de Al Mawasi.

Más de 1.000 científicos piden alto el fuego en Palestina

Un extenso grupo de más de 1.000 científicos, que incluye a varios premios Nobel, firmaron una carta abierta en la que piden un alto el fuego en Israel, Palestina y el Líbano. En esa línea, instaron a la comunidad internacional a que exija al Gobierno de Israel que respete el derecho internacional humanitario.

Los investigadores, en su mayoría psicólogos y neurocientíficos, indicaron en la carta que Israel debe poner fin a la ocupación de Gaza y Cisjordania, así como que Israel y Hamás deben liberar a todos los rehenes y civiles “indebidamente encarcelados”. También condenaron la espiral de “odio, muerte y destrucción” que se ha desencadenado en la región.

La iniciativa de la carta surgió de investigadores de las universidades de La Sorbona, Francia, y Princeton, Estados Unidos, y a la misma se han sumado psicólogos y neurocientíficos de todo el mundo, entre ellos los noruegos May-Britt Moser y Edvard Moser, quienes comparten el Nobel de Medicina 2014, y el japonés Susumu Tonegawa, Nobel de Medicina 1987.