El grupo alemán de tecnología energética Siemens Energy anunció hoy un beneficio neto de 108 millones de euros (116 millones de dólares) en su segundo trimestre comercial, de enero a marzo, por lo que elevó sus previsiones anuales.
Al mismo tiempo, la empresa informó que puso en marcha el plan de reorganización de su filial española Gamesa.
Hace un año, Siemens Energy había registrado unas pérdidas de 189 millones de euros. El grupo informó que en los tres primeros meses de 2024 la facturación aumentó un tres por ciento, hasta 8.300 millones de euros.
Christian Bruch, director general del grupo, declaró en el comunicado que el desarrollo trimestral refleja «la fuerte demanda continuada» de la «tecnología de transición energética, así como los éxitos iniciales en la estabilización del negocio eólico» de Siemens Energy.
«En el contexto de esta evolución positiva, hemos elevado nuestras perspectivas», añadió Bruch.
En lugar de entre un tres y un siete por ciento, el grupo espera ahora que la facturación crezca entre un 10 y un 12 por ciento en el año en curso, lo que supone una diferencia de miles de millones de euros.
Asimismo, el proveedor de tecnología cuenta con que los márgenes sean ligeramente más favorables y mantiene el objetivo de mil millones de euros de beneficio.
Esto significa que Energy probablemente volverá a estar en números rojos en la segunda mitad del año -tras una venta muy rentable en el primer trimestre, el beneficio tras los seis primeros meses asciende actualmente a casi 1.700 millones de euros- muy por encima de la cifra prevista para finales de año.
El trasfondo de esta situación es el negocio eólico, aún deficitario, de la problemática Gamesa. La empresa sigue trabajando con contratos antiguos que ya no son rentables y tiene problemas de calidad.
Gamesa también aportó pérdidas significativas en el segundo trimestre, aunque se vieron compensadas por las sólidas cifras de las demás áreas.
El programa de reestructuración pretende ayudar a Gamesa a dejar de ser deficitaria en 2026 e incluso alcanzar márgenes positivos de dos dígitos a largo plazo.
Para ello, Gamesa se centrará principalmente en Europa y Estados Unidos en el negocio de la energía eólica terrestre, que actualmente sigue siendo especialmente problemático, y ajustará sus capacidades de producción.
Además, se reducirán los niveles jerárquicos y los nuevos negocios en las áreas de generación de energía en el mar y en tierra se fusionarán con el negocio de servicios.
La reorganización también costará puestos de trabajo. Sin embargo, Siemens Energy no se pronunció sobre su alcance, pero aclaró que, teniendo en cuenta el crecimiento del sector de la producción energética en parques eólicos marítimos, el número total de empleados de Gamesa se mantendrá «más o menos constante» en los próximos años.
Jochen Eickholt, autor del plan de estructuración, ya no será el encargado de aplicararlo. Eickholt, que llegó a la filial eólica española como nuevo director general hace dos años y desde entonces ha luchado por enderezar el rumbo de la empresa, dimitirá de su cargo el 31 de julio y será reemplazado por Vinod Philip.