
Para redactar una nueva propuesta de Constitución se necesitan 50 consejeros y más de 15,1 millones de ciudadanos los escogieron este domingo. Se tratan de los segundos comicios constituyentes en dos años, que buscan ser un paso más para dejar atrás la Carta Magna de 1980, promulgada en la dictadura de Augusto Pinochet. Se habilitaron en el país 2.932 centros de votación.
Los centros de votación cerraron a las 18:00 horas, en el segundo intento del país en dos años por sustituir la Carta Magna de 1980 que entró en vigor durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
El texto anterior redactado por una Asamblea Constitucional, dominada por miembros de la izquierda e independientes, fue rechazado por un 62% de los votos en un plebiscito el 4 de septiembre de 2022.
Como una forma de aplacar las protestas sociales que emergieron en octubre de 2019 en contra de la desigualdad social, se acordó cambiar la Constitución
Chile ha celebrado siete elecciones. Pero esta vez, el fracaso del proceso anterior y la inédita crisis de seguridad que atraviesa el país.
Las encuestas muestran el desinterés entre los votantes frente a este nuevo intento por renovar las bases constitucionales.
El presidente Gabriel Boric,se ha involucrado poco en la elección esta vez, votó en su natal Punta Arenas.
«Como país, tenemos una oportunidad histórica para reconciliarnos, después de las fracturas que hemos vivido, y avanzar hacia un país desarrollado e inclusivo, donde nadie se quede atrás», aseguró el mandatario.
«Confío en la sabiduría del pueblo chileno y espero que la gente vote informada, sin miedo», agregó Boric.
Oposición y oficialismo divididos
El oficialismo concurre con dos listas distintas: una integrada por el Partido Socialista y el ala más izquierdista del Gobierno (Frente Amplio y Partido Comunista), y otra conformada por partidos de la centro-izquierda oficialista más la Democracia Cristiana, que no es propiamente oposición, pero tampoco integra el Gobierno.
La derecha llega con tres listas: la tradicional de Chile Vamos (UDI, RN y Evópoli), la ultraderechista del Partido Republicano y la populista del Partido de la Gente.
Una de las claves de la jornada radica en los escaños que consigan estas dos últimas formaciones, que no participaron en los comicios de hace dos años por ser de reciente creación y que han subido mucho en las encuestas, pese a que defienden la actual Carta Magna vigente desde la dictadura (1973-1990).
Si las tres derechas consiguen 30 escaños o más, tendrán el control absoluto del órgano constituyente y podrán aprobar las normas sin necesidad de negociar.
La gran novedad de este segundo intento por renovar la Constitución es la participación de 24 expertos designados por el Parlamento, cuya misión es elaborar un borrador que sirva de base a los 50 consejeros (25 hombres y 25 mujeres), elegidos en las urnas.
Otra de las particularidades es la existencia de 12 principios básicos acordados a priori por los partidos para evitar una propuesta refundacional como la anterior, que incluyen la declaración de Chile como un «Estado social y democrático de derecho», la indivisibilidad de la «nación chilena» o el sistema bicameral.
Este órgano recibirá, para su revisión y ajustes, un texto elaborado previamente por expertos con 12 principios esenciales que no podrán ser modificados, por ejemplo, el que consagra a Chile como una economía de mercado con participación estatal y privada.
El consejo, que sesionará desde junio, deberá entregar el proyecto de Carta Política para ser sometida a un plebiscito ratificatorio el 17 de diciembre.