Mientras el mundo entero quedó conmovido por la histórica ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, representantes de la extrema derecha francesa se manifestaron contra momentos del evento que celebraban la diversidad, con comentarios homofóbicos y racistas sobre la actuación de artistas negros o representantes de la comunidad LGBTQIA+.
Coreografía con vestimentas coloridas en referencia al arco iris de la comunidad LGBTQIA+, dos hombres besándose, desfile de drag queens, modelos trans, cantantes de todos los horizontes musicales. La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París mostró una Francia diversa y contemporánea. Sin embargo, esto no fue del agrado de los representantes más conservadoras de la clase política francesa.
“Sr. Presidente, estamos todos felices con estos juegos #Paris2024. Quiero hablar de todo menos de política esta noche. ¿Pero eso era realmente necesario?”, preguntó en las redes sociales Laure Lavalette, diputada del partido de extrema derecha Reagrupación Nacional dirigido por Marine Le Pen.
«Para todos los cristianos del mundo que están asistiendo a la ceremonia de apertura y han sido insultados por esta parodia drag queen de la Última Cena, no es Francia la que está hablando, sino una minoría de izquierda preparada para cualquier provocación», añadió Marion Maréchal, la sobrina de Marine Le Pen y también integrante de la extrema derecha. Ella hacía alusión a una de las etapas de la ceremonia en la que modelos drags -entre ellos transexuales- y personalidades del mundo de la moda desfilaron en una pasarela en una composición que recordaba la emblemática imagen religiosa.
El racismo velado
La sobrina de Marine Le Pen fue más lejos al afirmar que la Guardia Republicana fue “humillada” por haber sido “obligada a bailar al ritmo de Aya Nakamura”, cantante negra, franco-maliense, cuya participación ya había levantado comentarios de los más conservadores, que consideraban que la joven, la artista francesa más escuchada en el mundo, no representa a Francia.
Julien Aubert, vicepresidente de Los Republicanos, el partido de derecha tradicional, dijo que en este evento el deporte se hizo invisible “por los mensajes políticos y sociales que no tenían espacio” en el evento, según él.
Marine Le Pen había estimado hace unos meses que la posible presencia de Aya Nakamura en el evento era un intento del presidente Emmanuel Macron de «humillar al pueblo francés», y no comentó la ceremonia. Este sábado deseó «buena suerte» a todos los deportistas de su país para que «dejen arriba los colores de Francia y hagan sentirse orgulloso al pueblo francés».